Atraídos por las extrañas leyendas que localizan la ubicación del antiguo santuario Triforce en las inmediaciones de Madrid, no habéis podido resistir la tentación de iniciar vuestra propia búsqueda. Tras consultar a algunos expertos y estudiar las leyendas, sois capaces de reducir la búsqueda a dos posibles localizaciones: dos cuevas. Sin embargo, mientras investigáis una de ellas, escucháis un fuerte ruido acompañado de un resplandor deslumbrante. El suelo se abre bajo vuestros pies y sin tiempo a reaccionar os precipitáis al vacío. Un sonoro estruendo anuncia que habéis tocado suelo muy rápido, podría haber sido peor.

Tras unos minutos recuperándoos del susto, comprobáis que todos estáis bien y os ponéis manos a la obra. Parece que os encontráis en una galería estrecha un nivel por debajo de la entrada de la cueva, desde vuestra posición podéis ver mucha claridad al final del túnel.

– Un momento, ¿qué es eso? No parece la salida…

Al acercaros, las luces y sombras comienzan a dibujar la silueta de una persona que no parece muy amistosa. Os pone una capucha y os dirige hacia un lugar desconocido. Os dice que si queréis encontrar la antigua reliquia no lo tendréis nada fácil. Aquel ruido que escuchasteis al precipitaros al vacío se debió al inminente desplome de la cueva. Vosotros estáis en el interior.

Corred o seréis sepultados.

Después de tres largas semanas preparando esta escapadita de fin de semana… ¡Por fin ha llegado el día! Todo sería perfecto sino quedasen tantas horas de coche.

Os dirigís entusiasmados hacia el sur y todo transcurre con la normalidad de un día de viaje cuando, por algún error en el GPS, os dais cuenta de que os habéis desviado de vuestro destino y estáis en una carretera secundaria. Esta empezando a anochecer y con lo enfadados que estáis, decidís que la mejor opción para dejar de discutir entre vosotros es parar a descansar en el primer motel de carretera que os encontréis, con el plan de retomar el viaje a la mañana siguiente.

Bah! Seguro que cuando lleguemos, nos reiremos de esto! – Pensáis de forma inocente.

De repente, como si el destino escuchase vuestros pensamientos, veis a lo lejos un gran caserón con un letrero algo desvencijado que dice: Bienvenidos a Overlook, su descanso es nuestra prioridad.

Como no tenéis una alternativa mejor, acordáis bajaros a preguntar por la disponibilidad y el precio.
Sin embargo, al llamar a la puerta ésta se abre sola y un escalofrío os recorre la espalda. La primera impresión es que se trata de un lugar abandonado, aunque repentinamente veis salir de la sombra a un botones.

Parece un hombre amable, os da la bienvenida con una sonrisa de oreja a oreja y os ofrece un poco de agua. ¡Por fin algo de hospitalidad!

Con todo, mientras entregáis vuestros datos, todo comienza poco a poco a volverse más borroso. Vuestros músculos no os responden y la angustia comienza a apoderarse de vuestros pensamientos. Os estáis sumiendo en un profundo sueño mientras escucháis de fondo la risa macabra del botones. ¿Qué está pasando?
Antes de caer al suelo, entre las dificultades para mantener vuestra mente activa, una idea comienza a cobrar más y más fuerza: Nos han envenenado… nuestras vidas corren peligro… Escapar… Ayuudaaa. Silencio.

Bienvenidos a Overlook, su descanso eterno es nuestra prioridad.