Rivas es futbolera todo el año. Haga frío o calor, llueva o nieve, las estrellas ripenses del balompié se visten cada fin de semana el uniforme, patrocinado generalmente por algún establecimiento amigo, y salen a dejarse la piel al campo. Este año las ligas de fútbol 11, fútbol 7 y fútbol sala han terminado. Hablamos con sus protagonistas.
Texto: Carlota Sinde Fotos: Jesús Pérez
El fútbol, ese deporte universal que todo lo invade, estará muy presente en nuestras vidas este verano. Se celebra un Mundial. Y eso siempre aumenta el interés y la afición. Pero Rivas es futbolera todo el año. Haga frío o calor, llueva o nieve, las estrellas ripenses del balompié se visten cada fin de semana el uniforme, patrocinado generalmente por algún establecimiento amigo, y salen a dejarse la piel al campo.
En la liga municipal de Rivas juegan cerca de 100 equipos entre todas las categorías: fútbol sala, fútbol 7 y fútbol 11. A éstos hay que sumarle una larga lista de espera de formaciones con ganas de participar en esta competición. Con estas cifras, el fútbol se coloca, como es habitual, en el número uno en cuanto a aficionados y jugadores, por algo es el deporte rey.
Las de los equipos de Rivas, en muchas ocasiones, son historias de amistad más que de deporte. El fútbol se convierte en excusa para encontrarse y pasar un buen rato con los colegas. Aunque como en toda competición, ésta no está exenta de rivalidad y ansias de victoria. "Somos amigos de toda la vida del barrio" relata Ángel Parrado, 30 años, jugador de "El Margi". "Solíamos jugar en Pablo Iglesias, en una zona del parque Asturias que le llamábamos "el marginado", y de ahí el nombre del equipo". A pesar de los años transcurridos desde que empezaron a dar patadas a la pelota, y aunque ya casi ninguno vive en el hogar familiar, casi todos los integrantes del equipo todavía siguen residiendo en Rivas. "Hemos tenido suerte en los sorteos de vivienda y seguimos viviendo cerca los unos de los otros", explica Parrado.
A los de toda la vida se han unido, en los últimos tiempos, los hermanos pequeños de algunos. Lo que a modo de guasa denominan "la cantera". "Es que hay que renovar por la base... vamos, traer a chavales jóvenes que corran más que nosotros", admite resignado este integrante del equipo que ya ha superado la treintena. Y es que aunque sea Fútbol 7 y se juegue utilizando sólo medio campo, "las piernas ya no responden igual", confiesa el jugador.
"El Margi" se ha convertido en uno de los equipos míticos de la liga ripense. Tras siete años de participación en la competición local, y pese una trayectoria de éxitos encadenados, esta temporada las cosas no han ido tan bien, estando en algunos momentos a las puertas del descenso. "Hemos pasado de ser el Real Madrid de Rivas, al que la gente se moría por ganar, al Atleti, el que gana a los equipos fuertes, pero pierde con los de la segunda mitad de la tabla". Afrontan por tanto la próxima temporada con una nueva visión, desconocida para ellos "antes se trataba de mantenerse arriba, ahora debemos aprender a remontar."
CIUDAD DE ACOGIDA
Otros que también lo han ganado todo son los "Abstemios de Rivas". Y esa historia de triunfos, al igual que pasa en el ámbito profesional, ha teñido de un ligero tono de soberbia sus declaraciones a los medios. "Somos una apisonadora. Le ganamos a todo el mundo" narra impasible Javier Esteban, 30 años. Y sentencia: "El nivel de la liga ha bajado". Pero a renglón seguido añade, con la misma sinceridad: "Y eso que somos un equipo impresentable", explicando, ante nuestra sorpresa, el por qué de dicha afirmación. "Tenemos el máximo de fichas permitido en la competición, pero generalmente a los partidos no vamos más de cinco". Esto, que podría parecer suficiente ya que compiten en la categoría de Fútbol Sala, se vuelve una aventura cuando "en ocasiones, hasta la mitad del encuentro no llegan a ser el quinteto titular", relata Javier. Los fundadores empezaron a darle al esférico hace la friolera de 31 años, en el vecino barrio de Santa Eugenia, desde donde se trasladaron a Rivas donde participan en la liga municipal desde que ésta comenzó.
Otros que también emigraron a nuestro municipio, pero hace tan sólo un año, son el equipo de Arganda "7 Pelas Cadenas", que se ha convertido en la revelación de la temporada tras haber marcado 261 goles en 26 partidos. En el "7 pelas" prima la diversión. Antes de hablar de entrenamientos o fichajes, Javier Esteban, 25 años, habla de la cena que organizan todos los años con amigos y familia. "Al equipo sólo se puede entrar si eres amigo de alguien que ya está dentro, porque para nosotros es más importante que entre una buena persona a un buen jugador". Cuando hablamos con ellos ya les han eliminado de la Copa, pero prometen dar de qué hablar ya que han venido para quedarse. "Nos gusta mucho el ambiente de la liga aquí, y sobre todo, que está todo muy bien organizado".
Y de mucho más lejos de Arganda vienen los integrantes del Inter Rivas. En concreto de la tierra de Drácula. Se trata de un equipo integrado exclusivamente por ripenses originarios de Rumanía y de ahí lo su nombre, en clara referencia a su origen internacional. Aunque según nos cuenta Cornelius Belcing, fundador del equipo, también es un guiño a su afición por el Inter de Milán. "Desde que llegamos aquí algunos nos encontrábamos los fines de semana para jugar en los parques, en los campos de tierra o asfalto. Entonces a mí se me ocurrió que sería una buena idea formar un equipo para competir en la liga". Y así lo hicieron, para terror de algunos, porque desde que llegaron, hace seis años, no han hecho más que cosechar triunfos. Ahora se preparan para los últimos partidos de Copa "que casi seguro vamos a ganar", dice Cornelius sin un atisbo de duda en sus palabras.
También esperan quedar en buena posición en el Mundialito de la Comunidad de Madrid, en el que se enfrentan a otros equipos compuestos por inmigrantes de distintas nacionalidades, residentes en la región.
AQUÍ CABEN TODOS
Luna Escorial, 28 años, es la única mujer de la liga. "Algún año han jugado otras chicas, pero éste me he quedado sola", relata. Y ante la pregunta de si nota alguna diferencia de trato de sus contrincantes hacia ella, afirma: "el primer año, a algunos les chocaba que hubiera una mujer, y quizá en la primera jugada iban como con más cuidado. Pero en cuanto les quitaba la bola una vez o les regateaba, entendían que era uno más y no había miramientos".
Esta ripense juega en el equipo "Escuela Judo Rivas" que reúne a profesores y alumnos de la escuela de judo municipal. "Somos como el Athletic de Bilbao: sólo admitimos a jugadores que vengan del judo", explica Mikel Cardeñas, 30 años y miembro fundador del equipo. Aunque este "hecho diferencial" puede que se acabe pronto, ya que cada vez tienen más difícil encontrar nuevos jugadores. "De los que empezamos, todo el mundo practicaba otros deportes: escalada, mountainbike, padel, spinning, capoeira, y por supuesto fútbol. Ahora, los que practican judo, sólo hacen eso y no quieren oír hablar del balón". Esto complica mucho renovar el equipo.
En la división de veteranos, para mayores de 35 años, la cantera no es un problema ya que en sus equipos aterrizan, por inercia, algunos de los que ya no están para muchos trotes. Pero ojo, que el término "veterano" no lleve a engaño. En el último partido, Antonio Matanza, 66 años, marcó tres de los ocho goles que le dieron la victoria a su equipo, el "Tarjeta 2000". Si además se sabe que sacaba más de tres décadas a algunos de sus oponentes
Se autodefine como el "alma" de su entidad, y un poco también del fútbol ripense. No sólo por edad, sino por su dedicación a este deporte. Lleva tantos años al pie del cañón que pide a gritos que le hagan un homenaje. Y por proponer que no quede: "Yo me conformaría con que me trajeran a los veteranos del Real Madrid". Recuerda que allá en los años 80, cuando se vino a vivir a Rivas, lo primero que buscó fue un lugar dónde poder jugar y gente con la que hacerlo. Tardó poco en encontrar un "compinche", un vecino suyo con el que montó el equipo al que dieron el nombre la urbanización en la que ambos vivían. "¿Que si me puedo lesionar? Ya, aquí o en cualquier otro deporte", responde Antonio sin ni siquiera haberle preguntado por el tema directamente, entendemos que acostumbrado a que todo el mundo le haga la misma apreciación desde hace ya algunos años.
La liga terminó hace unas semanas y cuando estamos redactando este reportaje, se disputan las finales de Copa. Porque Rivas también tiene Copa, como el Rey o Europa. Son las últimas patadas a un balón que la mayoría guardará en un armario hasta la próxima temporada.
Rivas es futbolera todo el año. Haga frío o calor, llueva o nieve, las estrellas ripenses del balompié se visten cada fin de semana el uniforme, patrocinado generalmente por algún establecimiento amigo, y salen a dejarse la piel al campo. Este año las ligas de fútbol 11, fútbol 7 y fútbol sala han terminado. Hablamos con sus protagonistas.
Texto: Carlota Sinde Fotos: Jesús Pérez
El fútbol, ese deporte universal que todo lo invade, estará muy presente en nuestras vidas este verano. Se celebra un Mundial. Y eso siempre aumenta el interés y la afición. Pero Rivas es futbolera todo el año. Haga frío o calor, llueva o nieve, las estrellas ripenses del balompié se visten cada fin de semana el uniforme, patrocinado generalmente por algún establecimiento amigo, y salen a dejarse la piel al campo.
En la liga municipal de Rivas juegan cerca de 100 equipos entre todas las categorías: fútbol sala, fútbol 7 y fútbol 11. A éstos hay que sumarle una larga lista de espera de formaciones con ganas de participar en esta competición. Con estas cifras, el fútbol se coloca, como es habitual, en el número uno en cuanto a aficionados y jugadores, por algo es el deporte rey.
Las de los equipos de Rivas, en muchas ocasiones, son historias de amistad más que de deporte. El fútbol se convierte en excusa para encontrarse y pasar un buen rato con los colegas. Aunque como en toda competición, ésta no está exenta de rivalidad y ansias de victoria. "Somos amigos de toda la vida del barrio" relata Ángel Parrado, 30 años, jugador de "El Margi". "Solíamos jugar en Pablo Iglesias, en una zona del parque Asturias que le llamábamos "el marginado", y de ahí el nombre del equipo". A pesar de los años transcurridos desde que empezaron a dar patadas a la pelota, y aunque ya casi ninguno vive en el hogar familiar, casi todos los integrantes del equipo todavía siguen residiendo en Rivas. "Hemos tenido suerte en los sorteos de vivienda y seguimos viviendo cerca los unos de los otros", explica Parrado.
A los de toda la vida se han unido, en los últimos tiempos, los hermanos pequeños de algunos. Lo que a modo de guasa denominan "la cantera". "Es que hay que renovar por la base... vamos, traer a chavales jóvenes que corran más que nosotros", admite resignado este integrante del equipo que ya ha superado la treintena. Y es que aunque sea Fútbol 7 y se juegue utilizando sólo medio campo, "las piernas ya no responden igual", confiesa el jugador.
"El Margi" se ha convertido en uno de los equipos míticos de la liga ripense. Tras siete años de participación en la competición local, y pese una trayectoria de éxitos encadenados, esta temporada las cosas no han ido tan bien, estando en algunos momentos a las puertas del descenso. "Hemos pasado de ser el Real Madrid de Rivas, al que la gente se moría por ganar, al Atleti, el que gana a los equipos fuertes, pero pierde con los de la segunda mitad de la tabla". Afrontan por tanto la próxima temporada con una nueva visión, desconocida para ellos "antes se trataba de mantenerse arriba, ahora debemos aprender a remontar."
CIUDAD DE ACOGIDA
Otros que también lo han ganado todo son los "Abstemios de Rivas". Y esa historia de triunfos, al igual que pasa en el ámbito profesional, ha teñido de un ligero tono de soberbia sus declaraciones a los medios. "Somos una apisonadora. Le ganamos a todo el mundo" narra impasible Javier Esteban, 30 años. Y sentencia: "El nivel de la liga ha bajado". Pero a renglón seguido añade, con la misma sinceridad: "Y eso que somos un equipo impresentable", explicando, ante nuestra sorpresa, el por qué de dicha afirmación. "Tenemos el máximo de fichas permitido en la competición, pero generalmente a los partidos no vamos más de cinco". Esto, que podría parecer suficiente ya que compiten en la categoría de Fútbol Sala, se vuelve una aventura cuando "en ocasiones, hasta la mitad del encuentro no llegan a ser el quinteto titular", relata Javier. Los fundadores empezaron a darle al esférico hace la friolera de 31 años, en el vecino barrio de Santa Eugenia, desde donde se trasladaron a Rivas donde participan en la liga municipal desde que ésta comenzó.
Otros que también emigraron a nuestro municipio, pero hace tan sólo un año, son el equipo de Arganda "7 Pelas Cadenas", que se ha convertido en la revelación de la temporada tras haber marcado 261 goles en 26 partidos. En el "7 pelas" prima la diversión. Antes de hablar de entrenamientos o fichajes, Javier Esteban, 25 años, habla de la cena que organizan todos los años con amigos y familia. "Al equipo sólo se puede entrar si eres amigo de alguien que ya está dentro, porque para nosotros es más importante que entre una buena persona a un buen jugador". Cuando hablamos con ellos ya les han eliminado de la Copa, pero prometen dar de qué hablar ya que han venido para quedarse. "Nos gusta mucho el ambiente de la liga aquí, y sobre todo, que está todo muy bien organizado".
Y de mucho más lejos de Arganda vienen los integrantes del Inter Rivas. En concreto de la tierra de Drácula. Se trata de un equipo integrado exclusivamente por ripenses originarios de Rumanía y de ahí lo su nombre, en clara referencia a su origen internacional. Aunque según nos cuenta Cornelius Belcing, fundador del equipo, también es un guiño a su afición por el Inter de Milán. "Desde que llegamos aquí algunos nos encontrábamos los fines de semana para jugar en los parques, en los campos de tierra o asfalto. Entonces a mí se me ocurrió que sería una buena idea formar un equipo para competir en la liga". Y así lo hicieron, para terror de algunos, porque desde que llegaron, hace seis años, no han hecho más que cosechar triunfos. Ahora se preparan para los últimos partidos de Copa "que casi seguro vamos a ganar", dice Cornelius sin un atisbo de duda en sus palabras.
También esperan quedar en buena posición en el Mundialito de la Comunidad de Madrid, en el que se enfrentan a otros equipos compuestos por inmigrantes de distintas nacionalidades, residentes en la región.
AQUÍ CABEN TODOS
Luna Escorial, 28 años, es la única mujer de la liga. "Algún año han jugado otras chicas, pero éste me he quedado sola", relata. Y ante la pregunta de si nota alguna diferencia de trato de sus contrincantes hacia ella, afirma: "el primer año, a algunos les chocaba que hubiera una mujer, y quizá en la primera jugada iban como con más cuidado. Pero en cuanto les quitaba la bola una vez o les regateaba, entendían que era uno más y no había miramientos".
Esta ripense juega en el equipo "Escuela Judo Rivas" que reúne a profesores y alumnos de la escuela de judo municipal. "Somos como el Athletic de Bilbao: sólo admitimos a jugadores que vengan del judo", explica Mikel Cardeñas, 30 años y miembro fundador del equipo. Aunque este "hecho diferencial" puede que se acabe pronto, ya que cada vez tienen más difícil encontrar nuevos jugadores. "De los que empezamos, todo el mundo practicaba otros deportes: escalada, mountainbike, padel, spinning, capoeira, y por supuesto fútbol. Ahora, los que practican judo, sólo hacen eso y no quieren oír hablar del balón". Esto complica mucho renovar el equipo.
En la división de veteranos, para mayores de 35 años, la cantera no es un problema ya que en sus equipos aterrizan, por inercia, algunos de los que ya no están para muchos trotes. Pero ojo, que el término "veterano" no lleve a engaño. En el último partido, Antonio Matanza, 66 años, marcó tres de los ocho goles que le dieron la victoria a su equipo, el "Tarjeta 2000". Si además se sabe que sacaba más de tres décadas a algunos de sus oponentes
Se autodefine como el "alma" de su entidad, y un poco también del fútbol ripense. No sólo por edad, sino por su dedicación a este deporte. Lleva tantos años al pie del cañón que pide a gritos que le hagan un homenaje. Y por proponer que no quede: "Yo me conformaría con que me trajeran a los veteranos del Real Madrid". Recuerda que allá en los años 80, cuando se vino a vivir a Rivas, lo primero que buscó fue un lugar dónde poder jugar y gente con la que hacerlo. Tardó poco en encontrar un "compinche", un vecino suyo con el que montó el equipo al que dieron el nombre la urbanización en la que ambos vivían. "¿Que si me puedo lesionar? Ya, aquí o en cualquier otro deporte", responde Antonio sin ni siquiera haberle preguntado por el tema directamente, entendemos que acostumbrado a que todo el mundo le haga la misma apreciación desde hace ya algunos años.
La liga terminó hace unas semanas y cuando estamos redactando este reportaje, se disputan las finales de Copa. Porque Rivas también tiene Copa, como el Rey o Europa. Son las últimas patadas a un balón que la mayoría guardará en un armario hasta la próxima temporada.