Entrevista publicada en el Rivas Cultural de abril. Autor: Emilio Silva.
Bufón irreverente, cómico humanista, polÃglota, activista láico, intenso e inmenso viajero, Leo Bassi es un cronista contra el poder, un crÃtico de la injusticia, azote de privilegios y privilegiados. El 29 de abril traerá a Rivas Vaciamadrid su espectáculo UtopÃa, un canto a la revolución de los sueños de la humanidad.
Ahora que el mundo parece un lugar tan sombrÃo, ¿dónde se esconde la utopÃa?
La utopÃa está siempre presente y en momentos trágicos como estos es cuando se convierte en algo más necesario. La tragedia es uno de los motores de la humanidad. La izquierda que tiene el estómago lleno y que vive bien ha perdido la poesÃa, la magia y el romanticismo y quizá la tecnologÃa está mal utilizada porque nos hace demasiado racionales. Ocurre en el mundo árabe en estos momentos donde la gente está llena de sueños que nuestra sociedad parece que ha perdido.
¿Cómo es el espectáculo que le trae a Rivas?
Lo primero que tengo que decir es que estoy muy contento de llevar mi espectáculo UtopÃa a una ciudad como Rivas. En él mezclo todo el mundo Bassi; humorista, provocador, bastante circense y por otro lado lleno de reflexiones polÃticas y de la reivindicación de que la izquierda ha perdido la utopÃa en cierto modo. Sobre el escenario me pregunto dónde ha ido nuestra visión utópica del mundo y cómo volver a soñar y a tener esperanza y poesÃa.
PodrÃa decirse que usted es un cómico con causa. ¿Hacia dónde camina su compromiso?
Lo más grave es que Europa o lo que ha venido en llamarse el mundo occidental está en declive; ha perdido su proyecto, sus sueños y somos una sociedad que vive como si no tuviera futuro. En el espectáculo UtopÃa yo soy un payaso que habla de creer en la vida y en la gente. Y el payaso es la representación de un hombre que ha crecido pero que conserva dentro un niño. Mi trabajo es conseguir que el público salga lleno de energÃa, con ganas de hacer tonterÃas, de practicar ilusiones.
¿Cómo puede despertar esa Europa?
Será difÃcil. Vamos a ser más pobres, a tener menos trabajo que repartir entre todos y esa precarización puede ser la que active la utopÃa. Pero a mà no me gustarÃa que ocurriera de esa manera. La creatividad debe abrir un camino hacia la utopÃa sin que sea necesaria la pobreza para soñar. Debe nacer una nueva espiritualidad nacida de la ecologÃa, un politeÃsmo abstracto que nos lleve a amar la naturaleza que nos rodea, combinado con un laicismo militante. Tiene que darse una revolución cultural la posibilidad de volver a tener proyectos para el futuro y confianza en nuestra cultura, que ha construido cosas muy positivas para la humanidad. Tenemos que volver al orgullo de haber encontrado una sociedad con muchos derechos que debe evolucionar y hacer algo nuevo.
¿Tardará mucho en regresar la esperanza?
O lo hacemos deprisa o vamos a perder siglos de historia. Pensamos que todo va rápido y el tiempo es muy largo. Las revoluciones son largas, las verdaderas, las que cambian profundamente el pensamiento o la sociedad. Pasa con Internet, que parece la herramienta más moderna y su mayor uso es el de la pornografÃa, que satisface uno de los impulsos más básicos y antiguos del ser humano. Nunca vamos a llegar al dÃa después de la revolución porque es permanente. Desde las pinturas rupestres hasta nuestros dÃas hemos recorrido un largo camino pero eso no quiere decir que con la conquista de derechos que ha hecho Europa hayamos llegado al final.
Tres consejos para personas necesitadas de utopÃa.
El primero es visitar una cueva con arte prehistórico para aprender de dónde partimos, de dónde la creatividad inició un camino para construir otros sueños. El segundo, viajar lo más posible, para entender las diferentes respuestas que le ha dado el mundo a la existencia. Y por último, cuidar lo que significa el contacto directo con las personas, porque hay gente que a través de Internet tiende a vivir sólo en red, porque de las relaciones humanas nace la magia de vivir, el poder polÃtico, la poesÃa.
Entrevista publicada en el Rivas Cultural de abril. Autor: Emilio Silva.
Bufón irreverente, cómico humanista, polÃglota, activista láico, intenso e inmenso viajero, Leo Bassi es un cronista contra el poder, un crÃtico de la injusticia, azote de privilegios y privilegiados. El 29 de abril traerá a Rivas Vaciamadrid su espectáculo UtopÃa, un canto a la revolución de los sueños de la humanidad.
Ahora que el mundo parece un lugar tan sombrÃo, ¿dónde se esconde la utopÃa?
La utopÃa está siempre presente y en momentos trágicos como estos es cuando se convierte en algo más necesario. La tragedia es uno de los motores de la humanidad. La izquierda que tiene el estómago lleno y que vive bien ha perdido la poesÃa, la magia y el romanticismo y quizá la tecnologÃa está mal utilizada porque nos hace demasiado racionales. Ocurre en el mundo árabe en estos momentos donde la gente está llena de sueños que nuestra sociedad parece que ha perdido.
¿Cómo es el espectáculo que le trae a Rivas?
Lo primero que tengo que decir es que estoy muy contento de llevar mi espectáculo UtopÃa a una ciudad como Rivas. En él mezclo todo el mundo Bassi; humorista, provocador, bastante circense y por otro lado lleno de reflexiones polÃticas y de la reivindicación de que la izquierda ha perdido la utopÃa en cierto modo. Sobre el escenario me pregunto dónde ha ido nuestra visión utópica del mundo y cómo volver a soñar y a tener esperanza y poesÃa.
PodrÃa decirse que usted es un cómico con causa. ¿Hacia dónde camina su compromiso?
Lo más grave es que Europa o lo que ha venido en llamarse el mundo occidental está en declive; ha perdido su proyecto, sus sueños y somos una sociedad que vive como si no tuviera futuro. En el espectáculo UtopÃa yo soy un payaso que habla de creer en la vida y en la gente. Y el payaso es la representación de un hombre que ha crecido pero que conserva dentro un niño. Mi trabajo es conseguir que el público salga lleno de energÃa, con ganas de hacer tonterÃas, de practicar ilusiones.
¿Cómo puede despertar esa Europa?
Será difÃcil. Vamos a ser más pobres, a tener menos trabajo que repartir entre todos y esa precarización puede ser la que active la utopÃa. Pero a mà no me gustarÃa que ocurriera de esa manera. La creatividad debe abrir un camino hacia la utopÃa sin que sea necesaria la pobreza para soñar. Debe nacer una nueva espiritualidad nacida de la ecologÃa, un politeÃsmo abstracto que nos lleve a amar la naturaleza que nos rodea, combinado con un laicismo militante. Tiene que darse una revolución cultural la posibilidad de volver a tener proyectos para el futuro y confianza en nuestra cultura, que ha construido cosas muy positivas para la humanidad. Tenemos que volver al orgullo de haber encontrado una sociedad con muchos derechos que debe evolucionar y hacer algo nuevo.
¿Tardará mucho en regresar la esperanza?
O lo hacemos deprisa o vamos a perder siglos de historia. Pensamos que todo va rápido y el tiempo es muy largo. Las revoluciones son largas, las verdaderas, las que cambian profundamente el pensamiento o la sociedad. Pasa con Internet, que parece la herramienta más moderna y su mayor uso es el de la pornografÃa, que satisface uno de los impulsos más básicos y antiguos del ser humano. Nunca vamos a llegar al dÃa después de la revolución porque es permanente. Desde las pinturas rupestres hasta nuestros dÃas hemos recorrido un largo camino pero eso no quiere decir que con la conquista de derechos que ha hecho Europa hayamos llegado al final.
Tres consejos para personas necesitadas de utopÃa.
El primero es visitar una cueva con arte prehistórico para aprender de dónde partimos, de dónde la creatividad inició un camino para construir otros sueños. El segundo, viajar lo más posible, para entender las diferentes respuestas que le ha dado el mundo a la existencia. Y por último, cuidar lo que significa el contacto directo con las personas, porque hay gente que a través de Internet tiende a vivir sólo en red, porque de las relaciones humanas nace la magia de vivir, el poder polÃtico, la poesÃa.